Ya están encaminados los entrenamientos de la preselección de los nuevos 12 magníficos que representarán a Puerto Rico en el próximo ciclo olímpico, bajo la tutela del técnico Eddie Casiano. El primer torneo será la American Cup FIBA del 25 al 27 de agosto en Colombia y la selección nacional se enfrentará a México, Cuba y Brasil.

Se trata de un núcleo de jugadores jóvenes que empezó a tener éxito en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) y que aspira con ansias a defender los colores patrios. Casiano cuenta en los entrenamientos con el Jugador Más Valioso y Jugador de Más Progreso del BSN: Gary Browne, el Mejor Sexto Hombre: Chris Gaston y el Jugador Defensivo del Año: Gilberto Clavell.
¿Y el centro?
Una de las deficiencias que por años nos persigue, es la presencia de un centro nativo de calidad. Desde el retiro de José “Piculín” Ortiz, la selección intenta encontrar un sustituto, sin muchos resultados. Como puntualizó Casiano recientemente en entrevista con Primera Hora:
“… Son jugadores muy buenos y es algo bien difícil. Es como reemplazar a (José) ‘Piculín’ Ortiz desde que se retiró ¿Alguien ha podido?”
Peter John Ramos fue el último y más efectivo de los centros que tuvo nuestra selección. Ramos era un jugador que se caracterizó por su ofensiva, pero defensivamente tenía muchas deficiencias al no poder mantenerse fuera de problemas de faltas personales y su inefectividad defendiendo el juego de pick and roll, especialmente a nivel internacional.
Con la salida de Ramos y la entrada de varios canasteros jóvenes de buena estatura, Casiano apuesta al futuro, buscando desarrollar y comprometer con el proyecto a los siguientes jugadores:
• Tyler Davis- 6’10” y 270 libras/ 20 años
• Jonathan Isaac- 6’10” y 209 libras/ 19 años
• Isaiah Manderson- 6’10” y 247 libras/ 23 años
Estos jugadores se proyectan bien a futuro, pero ¿estarán listos para competir a nivel internacional? No son muchas las opciones de la selección, por lo que Casiano debe elegir varios de estos jugadores y comprometerse a mantenerlos y desarrollarlos para los próximos años.
Las esperanzas se centran en Jorge Bryan Díaz
De todos los jugadores del patio y los demás que la directiva de la selección ha identificado como descendientes de boricuas, sobresale Jorge Bryan Díaz como la mejor opción y el jugador más desarrollado en la posición de centro.
La trayectoria de Díaz en la selección ha sido algo tumultosa. Contando con un lento desarrollo físico, Díaz tiene dificultades defendiendo jugadores de nivel internacional. Sin embargo, en los pasados años ha visto acción en torneos internacionales y en el BSN, lo que lo llevó a mejorar su nivel de juego.
Jorge Bryan es un jugador inteligente en ambos lados de la cancha, tiene buenos hábitos y un excelente IQ baloncelistico. Es un buen pasador y sabe muy bien atacar el canasto luego de una cortina. Además, es un jugador de 6’11” con manos largas y es efectivo defendiendo la penetración de jugadores bajitos, bloqueando tiros o alterando los mismos, logrando que los adversarios tomen tiros incómodos. Díaz ha mostrado tener disciplina brincando y manteniendo sus brazos arriba ante las penetraciones de los armadores y ataques de los centros que defiende.
Sin embargo, a pesar de mostrar todas estas herramientas, Jorge Bryan aún figura un cuerpo algo débil, en especial para competir a nivel internacional. Sin duda, una de las mayores deficiencias que tiene nuestro baloncesto es el desarrollo de jugadores. Muchos de nuestros jugadores llegan al BSN como prospectos y se mantienen así toda su carrera, sin lograr alcanzar su máximo potencial.

Sí puedo decir que en el caso de Díaz, es evidente el cambio que mostró su cuerpo, llegando a esta temporada con varias libras adicionales en músculos. Cambio que se reflejó en su juego y por el que logró tener su mejor temporada en el BSN con 14 puntos y 6 rebotes por juego.
Juego Internacional
14 y 6 rebotes son buenos números para el BSN, sin embargo, a nivel internacional estos números bajarían grandemente. Nuestro BSN es una liga competitiva, pero no se encuentran jugadores del más alto nivel. El juego internacional es muy distinto y los equipos cuentan con jugadores fuertes en la pintura. En los pasados años, hemos sido víctimas de jugadores fuertes como Guatavo Ayón y Luis Scola, que abusan del equipo de Puerto Rico. En ocasiones no entendemos los diferentes niveles en los deportes.
Por ejemplo:
Jugadores refuerzos que han logrado dominar el BSN, no son capaces de ganarse un espacio en un roster de la NBA. Algunos ejemplos pueden ser Marcus Fizer, Robert “Tractor” Traylor y más reciente Mike Harris con Ponce. Estos jugadores dominaron el BSN, pero no tenían el suficiente nivel para ganarse un espacio en un roster de la NBA.
¿Por qué comparo estos jugadores? Sencillo, a nivel internacional nos vamos a encontrar con jugadores como Gustavo Ayón (México) y Karl Anthony Towns (República Dominicana) que tienen experiencia en la NBA y mayor nivel de baloncesto que los antes mencionados.
Gustavo Ayón fue una pesadilla en las últimas competencias en las que chocamos contra México. Sin embargo, Ayón no fue un jugador de gran impacto en la NBA, teniendo en el 2011-2012 su mejor temporada con solamente seis puntos por juego. Pero el caso de Karl-Anthony Towns es totalmente distinto. Se trata de uno de los mejores jugadores jóvenes de la NBA y viene de promediar 25 puntos y 12 rebotes en el mejor baloncesto de mundo. Ahora solo imagina, si Marcus Fizer y Mike Harris dominan el BSN (donde juega JB Díaz) y no tienen la habilidad necesaria para competir en NBA, que sería del BSN con un Karl Anthony Towns.
Hago esta comparación porque me parece pertinente que se tenga en contexto lo que se va a enfrentar Jorge Bryan una vez salga a nivel internacional. Tener en perspectiva lo que podría suceder cuando nos encontremos a Towns de República Dominicana. Si Gustavo Ayón y Luis Scola (jugadores de rol n la NBA) nos dominaban a gusto y gana, Towns será imparable.
JB Díaz como punto de ataque
En las últimas dos series de Díaz en el BSN vimos como aún con su mejoría defensiva, los equipos lo ven como un punto de ataque (miss match). En la semi-final contra Fajardo, los Cariduros insistieron en llevar la bola a Reggie Buckner, quien terminó la serie promediando 17 puntos, 10 rebotes y tirando un 58% de campo mientras era defendido por Díaz.
En la serie final, que ganó Quebradillas en siete partidos, el dirigente “Pachy” Cruz de los Capitanes de Arecibo, insistió en el juego en la pintura, pensando que sería la clave para poder tener opciones en la serie. Arecibo contó con destacadas actuaciones de su centro refuerzo Chinemelu Elonu, quien terminó con promedios de 18 puntos, 10.5 rebotes y lanzó para un excelente 58% de campo.
Las estrategias le funcionaron a ambos equipos y es que aunque JB Díaz se ve más fuerte que en años anteriores, aún le falta camino. Estos jugadores exhiben un físico más trabajado y se aprecia en los resultados en la pintura. En varias ocasiones JB Díaz es llevado debajo del canasto donde no hay mucho que hacer defensivamente.
Estas situaciones nos deben llevar a preguntarnos,
¿De quién es la responsabilidad?
Si la Federación de Baloncesto de Puerto Rico tiene el conocimiento de la dificultad de encontrar jugadores grandes del patio, ¿por qué cuándo los tenemos no los desarrollamos? O ¿será responsabilidad de los jugadores desarrollar su cuerpo?
La respuesta es que la responsabilidad debe ser compartida. Por un lado, el atleta tiene que tomar en serio su carrera, pues de eso vive. El no trabajar desde un principio su cuerpo, puede estar costándole mucho dinero a JB Díaz y oportunidades de desarrollo en el exterior. Con su físico y herramientas en cancha, JB Díaz fácilmente podría estar jugando en varias ligas europeas. Nuestros jugadores no pueden conformarse con ser buenos en el BSN y lograr un sueldo, deben tener el hambre y trabajar fuerte para alcanzar su máximo potencial.
Por otro lado, la Federación de Baloncesto sabe que tiene en sus manos un buen jugador, capaz de cubrir la posición de centro por los próximos años. Actualmente JB Díaz tiene 27 años, por lo que su ventana de participación en eventos internacionales es bastante amplia, con la posibilidad de participar por los próximos ocho años y dos ciclos olímpicos.
¿Se preocupa la selección por sus jugadores o simplemente los llama cuando se acercan los torneos internacionales? A diferencia de las ligas europeas, el BSN juega muchos juegos consecutivos en la semana y dedican muy poco tiempo al acondicionamiento físico.
Sin embargo, no podemos utilizar eso como excusa ya que en la NBA se juegan 82 partidos de serie regular y muchos back to back, y los jugadores presentan una condición física impecable. Podemos caer en la trampa de pensar que no podemos compararnos con jugadores de la NBA porque se trata de una liga más desarrollada que la nuestra y son jugadores especiales.
Pero, si queremos competir con los mejores, debemos compararnos con ellos. De nada nos sirve compararnos con equipos de menos nivel como Islas Vírgenes o Panamá para sentir que lo estamos haciendo bien. Hay que compararse y adoptar prácticas que le están dando resultados a otras selecciones, como Argentina, México, Venezuela o Brasil.
¿Juego en el poste o tiros a distancia?
Por otra parte, JB Díaz está entrando en los mejores años de su carrera, años en los que se encuentran la madurez física y mental para conseguir un mejor nivel de juego. Sin embargo, Díaz se encuentra muy lejos de tener un juego adecuado de espalda al canasto.
Actualmente, su equipo no puede contar con él para llevarle el balón en el poste y que cree ofensiva. Parte de esto se debe a su desventaja física, al encontrarse con jugadores más fuertes se le dificulta anotar en la pintura.
Por otro lado, muchos jugadores internacionales que tampoco cuentan con suficiente fortaleza física optan por desarrollar su juego a distancia, añadiendo tiros a media y larga distancia. Esta es una opción que Díaz debe evaluar, físicamente no creo que llegue a ser un jugador de fuerza en la pintura y eso hay que entenderlo. Lo que no se puede entender es que no desarrolle ningún tipo de arma ofensiva, su juego no debe depender exclusivamente de terminar jugadas, cerca del canasto, creadas por otros jugadores.
No cabe duda de que, en JB Díaz, Puerto Rico cuenta con un jugador con herramientas, capaz de defender en la pintura y en jugadas de pick and roll. Pero, por el lado ofensivo de la cancha es un área que Díaz aún puede mejorar grandemente. Solo debe pulir varios movimientos en el poste y desarrollar el tiro a distancia, que abra la cancha para facilitar el ataque de sus armadores y escoltas.
La futura selección se tratará de un grupo joven y un dirigente que cree en Díaz, que sabe que tienen a un centro bonafide capaz de convertirse en una pieza importante a nivel internacional.
Queda de la Federación de Baloncesto y de Jorge Bryan, trabajar para fortalecer más su cuerpo y desarrollar su juego de cara a los mejores años de su carrera. Le auguramos un futuro brillante, tanto a Díaz como a nuestra selección. Un grupo unido, sin egos, que encuentre más importancia en el nombre en su pecho, que en el nombre de su espalda.
La Selección Nacional de Puerto Rico se levanta.
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