El tema de la igualdad, la equidad y los prejuicios se habla hasta la saciedad en el mundo del deporte. Es una controversia de años, grandes disputas son las que lograron que las mujeres evolucionaran en el mundo deportivo y que los negros jugaran béisbol en Estados Unidos, entre muchos otros logros. Sin embargo, el hecho de que ahora se les permita un sitio en la banca no quiere decir que la “guerra” terminó.
Por eso, vemos deportistas de alto calibre como el conocido Rey del baloncesto, LeBron James, llevar el mensaje de igualdad al tablón a través de sus tenis. No obstante, una nueva controversia se recrudece, no que no existía en todos los ámbitos, sino que ahora gira entorno a la maternidad de la leyenda del tenis Serena Williams.
La maternidad y el deporte
La campeona, ganadora de 23 Gramd Slams y siete trofeos de Wimbledon, tuvo que retirarse, la pasada semana, de la Rogers Cup en Canada ¨por razones personales¨. De esta manera, la tenista abrió su intimidad para confesar la dura lucha psicológica que lleva por dentro:
Estar con su hija y ser a la vez la mejor atleta
De por sí, sabemos que no es sencillo compaginar el trabajo con la familia, y para la campeona del tenis en el mundo no es la excepción, por eso, su retorno al deporte que ama no ha sido el esperado. En un mes cumplirá los 37 años y el primero como madre.
El pasado septiembre (2017) el parto se complicó y Serena sufrió una embolia pulmonar que le reabrió la cicatriz de la cesárea y puso en peligro su vida. Así las cosas, estuvo alejada de las canchas durante 14 meses. El proceso puso en tela de juicios su regreso a la alta competencia y no se ocultaron las dudas razonables sobre Williams.
Fue entonces cuando el pasado mayo el mundo del tenis esperaba con ansias el regreso de la número uno. Sin embargo, el torneo de Roland Garros (el que fue campeona tres veces) consideró el parto de la tenista como una lesión y en la lista la dejaron fuera de la cabeza de las series sobre la base de la clasificación de la WTA.
Y Serena, que ganó Australia 2017 ya embarazada, pasó a ser la número 453 del mundo. ¿Por qué? Simplemente porque dio a luz a su hija Alexis Olympia y eso le ha hecho no poder defender puntos y caer en el ranking.
Fue de todos conocidos que el Abierto de Francia, mejor conocido como Roland Garros, ¨castigó¨ a Serena por ser madre, catalogó su embarazó como una lesión y le quitó su ranking mundial, a sabiendas de que era la número uno. Varias tenistas de alto calibre se expresaron en contra de la regla y a favor de la tenista.
La leyenda norteamericana hizo su aparición en Garros vestida más de ¨pantera negra¨ que de tenista. Un leotardo negro (Nike) afinado a la cintura que le sirvió como voz de protesta, pero sobre todo de apoyo y solidaridad a las madres.
Catsuit anyone? For all the moms out there who had a tough recovery from pregnancy—here you go. If I can do it, so can you. Love you all!! pic.twitter.com/xXb3BKDGNF
— Serena Williams (@serenawilliams) May 29, 2018
“Para todas las que tuvieron una dura recuperación tras su embarazo, aquí me tienen. Si yo puedo hacerlo, ustedes también. ¡¡¡Las quiero a todas!!!”, publicó, junto a la foto suya luciendo el llamativo traje.
Serena sufrió una lesión en Garros y lo abandonó, sin embargo, regresó en julio y quedó subcampeona de Wimbledon tras caer ante Angelique Kerber, pero antes se quedó con una gran ovación.
La madre y la deportista élite
El físico y su técnica no son suficientes en estos momentos para Serena Williams. Debido a que acaba de confesar que carga un sentimiento de culpa. Tras sufrir la peor derrota de su carrera la semana pasada, por 6-1, 6-0, ante Johanna Konta en San José (California), se sinceró en Instagram:
“La semana pasada no fue fácil para mí. No sólo estaba aceptando cosas personales difíciles, sino que simplemente estaba en un caos. Principalmente, sentía que no era buena madre”.
“Leí varios artículos que decían que las emociones puerperales podían durar hasta tres años si no se trataban. Prefiero la comunicación. Hablar de mis cosas con mi madre, mis hermanas y mis amigos me ha permitido darme cuenta de que mis sentimientos son totalmente normales. Es totalmente normal sentir como si no hiciera lo suficiente por mi bebé”.
La campeona, casada con Alexis Ohanian, gurú de las redes sociales y padre de su bebé, se desahoga a la vez que pone voz a un problema que tiene la mayoría de las madres:
“Me entreno mucho y trato de ser la mejor atleta posible. Pero aunque he estado con ella todos los días de su vida, no estoy tanto como me gustaría. Entre quedarse en casa o trabajar, encontrar el equilibrio justo con los niños es un verdadero arte. Nosotras (las madres) somos las verdaderas heroínas”.
“Estoy aquí para decirles: si tienen un día o una semana difícil, está bien, ¡yo también los tengo! ¡Siempre tendremos un mañana!”, concluyó.