La NBA se caracteriza por contar con jugadores de buena estatura que dejan su huella y se convierten en los mejores baloncelistas de la historia. Desde Michaels Jordan, LeBron James, Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar, todos cuentan con un físico privilegiado para brillar en este deporte.
Por otra parte, armadores de menor estatura se distinguen por su manera de llevar el juego y la alta cantidad de asistencias que realizaban. Pero, entre todos ellos, resalta la imagen de un jugador que con tan solo 6’0” de estatura y 165 libras, se convirtió en uno de los mejores anotadores de la historia. Se trata de Allen Iverson y su historia es realmente impresionante.
Turbulento comienzo
No todo fue fácil en la vida de Iverson. Era un fenómeno en escuela superior, ganó el premio de mejor jugador del estado de Virginia en Baloncesto y Fútbol Americano. Sin embargo, todo parecía desvanecerse de inmediato, tras el arresto de Iverson por verse involucrado en una pelea callejera. El canastero tenía un futuro brillante en el deporte, pero la vida le acababa de poner la prueba más difícil, fue convicto a 15 años de prisión. Iverson cumplió cuatro meses y fue dejado en libertad por clemencia del entonces gobernador, L Douglas Wilder.
Luego de salir en libertad, Iverson fue aceptado en la prestigiosa Universidad de Georgetown bajo la tutela del dirigente John Thompson. Desde el primer día Iverson se encargó de demostrar que lo que se decía de él era cierto y de inmediato se convirtió en uno de los mejores jugadores de la nación. AI promedió 22.9 puntos por juego y ganó en dos ocasiones el Premio de Jugador Defensivo del Año. En su segundo año, lideró a los Hoyas de Georgetown a los mejores ocho equipos del Torneo de la NCAA y fue nombrado al Primer Equipo All American. Luego fue seleccionado en el primer turno del Draft de 1996 en la NBA por los 76ers de Philadelphia.
Sus comienzos en la NBA
Iverson impresionó desde el primer momento en la NBA. En su primera campaña promedió 23.5 puntos, 7.5 asistencias y 2.1 robos de balón por juego, fue seleccionado el Novato del Año de la temporada 1996-97. Iverson lo hacía en ambos lados de la cancha, su velocidad y buen olfato lo convertían en una amenaza en las líneas de pase, provocando situaciones de anotación en jugadas de transición.
El ataque de este jugador era increíble, con tan solo 6’ de estatura, Iverson atacaba a los hombres grandes con plena confianza y convertía canastos en tráfico con consistencia. Su tiro a distancia era respetable y su juego a media distancia muy bueno, Iverson no tenía deficiencias para anotar el balón. La mayoría de las críticas a este jugador se debían a su estilo de jugar, que llamaban egoísta.
Iverson fue seleccionado a 12 Juegos de Estrellas, siete All NBA, y ganó dos MVP de Juegos de Estrellas. Muestra de su gran habilidad para anotar son los cuatro títulos de anotaciones que logró, además de tres títulos de balones robados. Pero, su mejor temporada llegó en el 2000-01 cuando ganó el MVP de la serie regular y lideró a los Sixers a la Final de la NBA. Ese año Iverson promedió 31.1 puntos, 4.6 asistencias y 2.5 robos por partido.
Actuación especial en La Final
Iverson lideró a un equipo de Philadelphia sin una segunda Estrella y sin muchas armas ofensivas. Ganaron la Conferencia del Este y tuvieron el derecho de enfrentar a uno de los equipos más dominantes de la historia de la liga, los Lakers de Shaq y Kobe. Los Lakers llegaron a esa final de manera invicta, barriendo a una poderosa Conferencia del Oeste. No había duda de que eran los favoritos para ganar la Final y barrer a los 76ers de Iverson.
Sin embargo, en el primer partido de la serie, fuimos testigos de una de las demostraciones más espectaculares de cualquier jugador. Iverson explotó para 48 puntos y los 76ers vencieron a los Lakers para una de las mayores sorpresas de la NBA. Los Lakers se recuperaron para ganar los próximos cuatro partidos y convertirse en campeones. Pero, Iverson dejó su marca y escribió en la página de historias de la NBA, una de las mejores actuaciones para un armador.
Iverson tuvo una gran Final, promediando 35.6 puntos por juego, aunque su equipo no pudo con el poderío de Shaquille O’neal en la pintura. Shaq era un monstruo y no había manera de contenerlo. En esa serie logró promedios de 33 puntos, 15.8 rebotes, 4.8 asistencias y 3.4 tapones por partido. Su dominio era espectacular y contando con Kobe Bryant como segundo mejor jugador, era imposible competir contra ese equipo.
Salón de la Fama
Iverson tuvo una carrera envidiable y se convirtió en uno de los favoritos de su generación. Fue el creador de la cultura de hip hop en la NBA e implantó modas de vestimenta. Cabe señalar que la liga adoptó códigos de vestimenta por las modas implementadas por Iverson en sus tiempos. Iverson era especial y lo hacía a su forma, vivía su vida a su estilo y jugaba con gracia cada partido. Siempre daba el 100% y su durabilidad fue impresionante, a pesar de su físico, Iverson se levantaba cada vez que era derribado por sus contrincantes.
Iverson fue cambiado a los Nuggets de Denver en diciembre de 2006 y luego a los Pistons de Detroit en noviembre de 2008. Jugó brevemente con los Grizzlies de Memphis, antes de regresar a los 76ers de Philadelphia en enero de 2010 para culminar su carrera. Fue un Todos Estrellas en 11 de sus 14 temporadas, un MVP de serie regular, logró cuatro títulos de anotaciones y tres de robos de balón. Un estilo de juego pintoresco, como su personalidad y una de las carreras más condecoradas de los últimos años. Un jugador especial que logró tanto, con tan poco. Probablemente el mejor jugador libra por libra de baloncesto, un ícono del deporte y una leyenda de la NBA. En 2016, Iverson tuvo su día e ingresó al Salón de la Fama de la NBA, como uno de los mejores anotadores que la liga jamás haya visto.
El señor Allen Iverson.
Qué tipo más especial. pic.twitter.com/f7lkBlIs6s
— nbamaniacs (@nbamaniacs) September 17, 2018