Los Yankees de New York cuentan con una de las mejores fanaticadas y uno de los estadios más mágicos de las Grandes Ligas. El Yankee Stadium representa una verdadera ventaja de parque local y los Yankees le sacan provecho al máximo. El año pasado no perdieron en su parque en la postemporada, lograron victorias en el juego de Wild Card frente a los Twins de Minnesota, dos victorias frente a los Indios de Cleveland en la Serie Divisional y tres contra los Astros en la Serie de Campeonato. En resumen, los Yankees jugaron para 6-0 en la pasada postemporada.
Este año comenzaron con el pie derecho y vencieron, con facilidad, a los Atléticos de Oakland en el juego de Wild Card. Sin embargo, los Red Sox lograron lo impensable y los vencieron en dos ocasiones en su parque. El primer partido fue una masacre y culminó con pizarra de 16-1, el segundo fue un juego competitivo que se decidió en el último out y llevó a los Red Sox a ganar la serie 3-1. Los Yankees fueron el segundo mejor equipo en casa en la serie regular, jugando para 53-28, pero se enfrentaron a unos Red Sox que fueron el segundo mejor equipo en la carretera y lograron marca de 51-30.
Lo que nadie esperaba era la paliza del tercer encuentro, partido que cambió el rumbo de la serie. Luego de la victoria en el segundo partido, los Yankees se encontraban en gran posición para poder competir y adelantar a la próxima serie. Sin embargo, sus lanzadores iniciadores fallaron malamente. Luis Severino y C.C. Sabathia fueron castigados y le costaron la oportunidad a su equipo. Los Red Sox se apoyaron en una sólida ofensiva y en salidas de calidad de sus iniciadores para completar la victoria y adelantar a la Serie de Campeonato.