Gordon Hayward se encontraba en el mejor momento de su vida. Era un excelente jugador para los Jazz de Utah y se convirtió en agente libre. Su decisión fue firmar con los Celtics de Boston y convertirse en la cara de la franquicia. Para añadir más a su suerte, los Celtics adquirieron vía cambio al estelar armador y amigo personal, Kyrie Irving.
Así las cosas, las expectativas con los Celtics eran altas, pues ya contaban con un buen equipo y ahora añadían a dos excelentes jugadores en Irving y Hayward. Sin embargo, todo se vio empañado con apenas varios minutos jugados del primer partido de la pasada temporada. Hayward sufrió una aparatosa caída en el primer cuarto del partido inaugural en la cancha de los Cleveland Cavaliers. El impacto fue instantáneo, todos sabían que perdería la temporada y muchos dudaban que pudiera volver a ser el mismo jugador por la severidad de la lesión. Ayer, con un año de recuperación, Hayward pudo regresar a cancha y el sentimiento fue extraordinario.
Buen debut en la victoria de los Celtics
Los Celtics cuentan con un equipo muy profundo, por lo que no tiene que ajorar a Hayward para que entre en total condición. Anoche, el alero jugó 24 minutos en los que anotó 10 puntos, cinco rebotes y cuatro robos de balón. Lanzó de 4-12 de campo, de 1-3 de la línea de tres puntos y de 1-2 de la línea de tiradas libres. Se le apreció fuera de ritmo, pero es normal por la prolongada inactividad. Sin embargo, según avance la temporada y regresen sus piernas, Hayward será una pieza importante en el equipo. Su condición física no está en su mejor momento y no se observaba tan explosivo como en el pasado.
🗣️ Welcome back Gordon Hayward! (via @NBAonTNT) pic.twitter.com/bTcmPOHiYp
— SLAM (@SLAMonline) October 17, 2018