Los Red Sox de Boston son una de las franquicias con más historias en las Grandes Ligas y su fanaticada siempre espera lo mejor de ellos. Dirigir en Boston no es fácil, las exigencias y críticas pueden ser demasiado para cualquier dirigente. Por esas razones, los Red Sox normalmente cuentan con dirigentes experimentados.
Sin embargo, para comenzar esta temporada los Red Sox tomaron una drástica decisión que resultó ser la correcta. Contrataron a un dirigente sin experiencia en Grandes Ligas, pero con una mentalidad y liderazgo poco usual para un dirigente de su edad. El cagüeño Alex Cora fue el elegido y desde principios de temporada se notaba la diferencia.
Cora estableció un ambiente relajado en el camerino y le devolvió la vida, la alegría a un equipo versátil y con las herramientas para ganar campeonatos. Luego, Boston firmó al toletero J.D. Martínez y ese fue el comienzo de todo. Ya Mookie Betts no tendría que batear en varios puestos de la alineación, podría concentrarse en ser el primer bate del equipo. Esta decisión fue tomada por Cora y su grupo de asistentes y el resultado fue claro, Betts es el favorito para ganar el MVP de a Liga Americana.
Vieja escuela vs. Nueva escuela
En los últimos años aumentó el debate sobre la vieja manera de dirigir los equipos de Grandes Ligas y la nueva. Las estadísticas avanzadas han cambiado el juego de gran manera, añadiendo las defensas especiales y las teorías de que los lanzadores iniciadores no deben ver a la alineación más de tres veces. Es por eso que vemos cada vez más equipos que apuestan a contar con un bullpen sólido que pueda dominar el juego desde las sexta entrada. Sin embargo, el béisbol se ha jugado por más de 100 años y un iniciado de calidad no tiene sustituto. Cora cuenta con una mezcla peculiar de la vieja y la nueva escuela. Es un híbrido que parece haber encontrado el punto perfecto y lo demostró con estos Red Sox.
Boston no contaba con la rotación más sólida de Las Mayores, pero la manera en que Cora manejó su cuerpo monticular fue realmente especial. Una vez llegó la postemporada, los roles cambiaron y los lanzadores sabían que podrían ser utilizados en el rol que fuera necesario para ganar. Por eso vimos a los iniciadores Chris Sale, Rick Porcello y Nathan Eovaldi ser utilizados en múltiples ocasiones como relevistas. Pero, también vimos como utiliza a sus iniciadores por largos períodos cuando fue necesario. De hecho, en el último partido contra los Dodgers, David Price lanzó siete sólidas entradas y Cora le brindó la oportunidad de salir a lanzar la octava. Obviamente fue sustituido al comenzar la entrada con una base por bolas.
Su agresividad en las bases es notable, además que cuenta con las herramientas para ese tipo de juego. Cora apuesta a jugadas de bateo y corrido y con las nuevas defensas crea muchos huecos para batear y situaciones de juego. Cora gusta de hacer esto, en especial con la parte baja de la alineación, para aumentar las probabilidades de hit a sus bateadores menos diestros. La versatilidad de sus jugadores le ofrece la oportunidad de hacer este tipo de jugadas. Mookie Betts, Andrew Benintendi, Eduardo Núñez y el propio Rafael Devers puede correr las bases y crear situaciones.
Rompe marca de la franquicia en victorias
Alex llegó a Boston con una sola cosa en mente, ganar el campeonato. Su formula fue bastante sencilla, devolver la confianza a un grupo de peloteros que había parado de creer en ellos. Cora les habló de lo buenos que eran y de como eran visto como súper estrellas por los otros equipos. En la entrevista luego del partido, Cora mencionó que les dejó saber a sus jugadores, en especial a Mookie Betts, Xander Bogaerts y Andrew Benintendi, que los propios Astros hablaban de lo buenos que eran esos jugadores.
El liderazgo de Cora va más allá del campo de juego. El 26 de diciembre del año pasado viajó a la República Dominicana para hablar y compartir con el juvenil Rafael Devers. Cora menciona que le habló de sus planes con él y que solamente le pidió que llegará en condición a los campos de entrenamiento pues era una pieza fundamental para el equipo. Además, se reunió con Betts, Jackie Bradley Jr y creó una buena relación con David Price y Chris Sale. De hecho, Cora llamó a Sal y a Price para saber su sentir sobre la posibilidad de escoger a Dana LeVangie como el coach de lanzadores. La respuesta de estos dos lanzadores fue afirmativa y esa fue la selección de Cora.
Comunicación como centro de todo
Cada vez que le preguntan a los jugadores que hace a Cora especial, todos mencionan la comunicación que mantiene con su equipo. Cado uno de ellos conoce a plenitude el rol que tendrá en la temporada y en cada partido, nada lo stoma por sorpresa. Como sociedad estamos presos de líder que buscan imponer su criterio y no se comunican con sus empleados. Las situaciones y problemas siguen escalando y no son capaces de mantener un buen ambiente.
Es simple, no hay liderazgo sin comunicación. Cora busca que cada pieza del equipo sea parte del proceso y que se sienta que aporta su granito de arena. En el equipo de Boston existe la cultura de que nadie es más grande que nadie. Chris Sale no es más importante que Eduardo Rodríguez, como tampoco Mookie Betts (el psible MVP) es más importante que Christian Vázquez. Más allá de las tácticas dentro del terreno de juego, el liderazgo de Cora, su calidad de ser humano y la virtud de ganarse la confianza de sus jugadores lo convierten en un dirigente único, especial.
Sí, es un genio del béisbol. Pero más allá de eso, es un líder, un jugador en equipo y un tipo que tiene bien claro que para ganar un campeonato se necesita de la voluntad de 25 peloteros jugando con una misma mentalidad, un mismo sentimiento. No se trata de individualidades, no se trata de su grandeza, se trata de un equipo, los campeones de las Grandes Ligas, los Boston Red Sox.
¡Grande Cora!
.@ac13alex is the first Puerto Rican manager to win a #WorldSeries. pic.twitter.com/5WrAKraNCl
— MLB Stat of the Day (@MLBStatoftheDay) October 29, 2018