Cuando practicas un deporte desde pequeño crecerás escuchando a los entrenadores y a los atletas más destacados del mundo repetir “debes entrenar fuerte y dar lo máximo, estar preparado y listo, sin importar el rol que tengas en ese momento”.
Ayer, en Milán, un brasileño de Sao Paulo convirtió ese aprendizaje en una realidad.
Malcom Filipe Silva de Oliveira, de 21 años, es el fichaje del FC Barcelona de verano que menos está en los planes de Ernesto Valverde, dirigente del club. Malcom no veía ni el césped, pues solo ha jugado 105 minutos, pero viajó a Milan para el partido del Barca contra el Inter y su rol sería el banquillo. Cabe señalar que es el Inter uno de los equipos que más interesado está en el fichaje del brasileño, si su situación como azulgrana no mejora.
Malcom ha llegado a estar cuatro partidos consecutivos sin formar parte de las listas de Valverde.
¡Y llegó su momento!
La salida del una vez más decepcionante Ousmane Dembélé fue el escenario perfecto para Malcom. Tardó 1:54 en marcar su primer gol en la Champions League. Era su debut en la máxima competición continental y se la jugó en una contra con un remate abajo que batió a Handanovic. En un partido en el que Barca hizo 26 remates y un solo gol.
Malcom se reivindicó tras semanas rezagado, pasando del banquillo a la grada sin apenas protagonismo. Fue el momentazo del juego, la emoción, la celebración, la pasión del fútbol en su máxima expresión. Por mucho que el empate en el minuto 86 le quitara un poco de brillo a su gol.
“Ha sido mi primer partido en la Champions y conseguir marcar ha sido algo inolvidable. Ahora quiero aprovechar para celebrarlo con la familia”, dijo el futbolista al finalizar el partido.
“Necesito mucho más. Voy en busca de esto para conseguir más minutos. Entreno para demostrar que puedo estar en el grupo. Mi sueño está empezando en el Barcelona. Quiero hacer historia aquí y para eso trabajo. Busco grandes cosas”, concluyó Malcom.