El túnel de vestuarios es su pasarela 

Todo empezó a mediados de la pasada década cuando propietarios, patrocinadores y público en general mostró descontento al ver que jugadores millonarios vistieran como ´delincuentes callejeros´. Fue entonces cuando David Stern, comisionado de la NBA, impuso un estricto código de vestimenta que erradicaba cualquier look cercano a la cultura hip hop.

Las estrellas de la NBA de ahora visten de Raf  Simons, Saint Laurent, Gucci y Balenciaga. Además, ocupan la primera fila de los desfiles de Milan y Nueva York, convirtiendo el túnel de vestuarios en su propia y particular pasarela.

Hablemos claro, en la liga nacional de EEUU siempre hubo tanto de deporte como de moda. Es un encuentro que se juega por igual en estadios y calles.

Esto era así desde principios de los años 70, cuando Walt ´Clyde´ Frazier, el héroe de los New York Nick, se convirtió en un dandi. Frazier era un figurín, un dandi vestido como una estrella de Hollywood: traje sastre, cuello cisne y capa o abrigo de piel. Tanta era su influencia que Puma le dedicó las Clyde, el primer modelo creado para un jugador profesional, bautizado con su apodo y además lo fichó como reclamo publicitario. De esta manera, se convirtió en el primer deportista al que una marca le pagaba por usar su calzado.

Walt ‘ Clyde’ Frazier 

Un calzado que fue aclamado por multitudes en un momento en el que el hip hop representaba lo peor de la sociedad.

Inrrumpe Allen ´The Answer´ Iverson en los 90

A mediados de los 90 llega un Allen Iverson con sus brillos, sus sudaderas sin mangas para exhibir tatuajes y sus bandanas para el cabello trenzado. Su estilo colmó la paciencia de los muy blancos y anglosajones dueños de equipos. También la de los anunciantes. Y hasta de un público que se sintió incomodo con la idea de que los jugadores a los que se les pagaban millones tuvieran el mismo aspecto de aquellos callejeros que llenaban las cárceles.

Así las cosas, la cultura afroamericana pagó los platos. La liga necesitaba un lavado de imagen tanto como un correctivo que previniera una liga rodeada de ´convictos´.Como mencioné, el comisionado impuso el estricto código de vestimenta que erradicaba la ferretería ambulante de Dennis Rodman.

La medida se tildó de racista y con razón. Entonces, muchos jugadores trataron de resistirse, alegaron que se les prohibía expresarse como individuos para parecer ´presentables´ a los ojos de los blancos.

Entonces se formó un despelote cuando intentaron encajar sus gustos a la nueva norma de vestimenta, lucían los trajes finos y sobrios, pero les bailaban en el cuerpo. Fueron los novatos los que comenzaron a definir los estilo con modas americanas entalladas, pajaritas, pantalones pitillo, cárdigan y gafas de pasta. Ahora la moda de las nuevas estrellas estadounidenses es de aquellos que le criticaron.

“El giro no sólo cambió el sentido de la moda de los afroamericanos, sino que también puso distancia entre los jugadores y las connotaciones de violencia, crimen e ignorancia típicamente asociadas a la NBA antes del dress code“, explica John Flynn, autor de la plataforma digital Sabotage Times.

Si antes tenías a un Iverson y su imprenta callejera, orgulloso de su diferencia, ahora la mayoría son como Kanye West: aunque mantengan cierta genuina identidad negra, abrazan la cultura dominante. Al final, la regulación de vestimenta del comisionado Stern no resultó tan desastrosa.

“Estos tipos son millonarios, así que deben parecer millonarios cuando van a trabajar. Deben crear un estilo acorde. Lo que pasa con los jugadores de baloncesto es que son como modelos, altos y delgados. Cualquier cosa que se pongan les sienta bien. Ahora, además, hasta tienen asesores de imagenexpresó el histórico Walt Frazier en una entrevista a la revista GQ.

“Aunque en mi época se potenciaba la individualidad. LeBron James, Steph Curry, James Harden, Dwayne Wade… todos comparten el mismo estilo”, arremetió. 

Los Cavaliers en el túnel para los Playoffs 2018 vestidos por LeBron James

Hoy día, las estrellas de la NBA, ocupan las primeras filas de Milan y Nueva York en los desfiles de Raf Simons y Saint Laurent, Gucci y Balenciaga. Los reyes de la cancha lo son también de la moda. El túnel de vestuarios, su pasarela. Más que nunca, los paseos antes y después de cada partido se escrutan tanto como las jugadas.

Y la ropa que llevan es parte de la conversación entre comentaristas y aficionados. Incluso el All-Star Weekend, que se celebra en febrero, a mitad de liga, en plan espectáculo hollywoodiense, incluye su propio show de estilos.  

Marcas como Off-White, Givenchy, Yeezy, Fear of God y, Supreme X Louis Vuitton participaron en la edición de este año, a través de James Harden, Russell Westbrook y Donovan Mitchell.

“Los jugadores de la NBA son superestrellas, como cualquier músico o actor. Así que, ¿por qué no habrían de vestir a la altura estilística de los de más artistas?”, enfatizó Calyann Barnett, asesora de estilo de Dwayne Wade.

Como diría Russell Westbrook: Why Not?

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