Los Warriors de Golden State no contaron con el comienzo de temporada que se esperaba. Derrotas en casa, peleas internas y un récord poco agradable para su standard, crearon muchos rumores y dudas en torno a su capacidad de continuar en la cima. Sin embargo, el último mes ha sido de completo dominio y le dejan saber a la liga que son los claros favoritos para ganar su tercer título al hilo. La noche del sábado fue otra prueba de eso, cuando derrotaron 115-111 a unos aguerridos Boston Celtics. El partido fue en el TD Garden de Boston ante casa llena y fue un juego repleto de emociones de principio a fin. Pero, al final los Warriors impusieron su clase y lograron su décima victoria consecutiva.

La defensa es su mejor carta

Mucho se habla de la ofensiva de los Warriors. Eso es muy normal cuando tienes a tipos del nivel de Steph Curry, Kevin Durant y Klay Thompson que pueden explotar para 50 puntos en cualquier momento. En Curry y Durant tienes a dos de los mejores cinco jugadores de la liga y ahora con DeMarcusCousins la ofensiva de los Warriors no tiene defectos. Pero, su defensa es elite y es la base que creo la dinastía que se extiende a los últimos cinco años.

Anoche no fue la excepción y los Warriors apretaron en defensa en los momentos cruciales para sacar el encuentro. Boston no encontró buenos tiros y terminó con dos costosos turnovers en los últimos dos minutos que fueron cruciales en el desenlace. Los Warriors recurrieron a la “alineación de la muerte” con Andre Iguodala en cancha y Draymond Green como centro. Esta alineación le permite a Steve Kerr “switchear” en las cortinas y la energía es realmente extraordinaria. Todos los jugadores mueven muy bien sus pies y cierran las posibles líneas de ataque del rival.

Kyrie Irving estuvo magistral con un doble-doble de 32 puntos y 10 asistencias, pero fue axfisiado en los momentos finales por la defensa de los Warriors. Eso es lo que hace grande a este equipo, logran las jugadas grandes y logran frenar al contrincante cuando los minutos cuentan.

Kevin Durant vuelve a cerrar

Kevin Durant volvió a brillar con 33 puntos en 39 minutos de acción. Los Celtics fueron competitivos y jugaron una excelente defensa en todo el encuentro. Limitaron a los Warriors a un 44.6% y no dejaron que ninguna de sus estrellas explotara completamente. Sin embargo, el trio de Durant, Curry y Thompson se combinó para 78 puntos. Además, su nueva pieza DeMarcus Cousins, logró 15 puntos y ocho rebotes en 23 minutos de juego.

Durant logró grandes jugadas al final del encuentro y aseguró la victoria de los Warriors. Este equipo luce en forma de cara a la segunda parte de la temporada. No hay manera de detenerlos, son elite en defensa y cuentan con la mejor ofensiva de la NBA. Sin contar con una lesión, estos Warriors lucen invencibles. Equipos como Toronto, Boston o OKC tiene oportunidad de hacerle una buena serie, pero no tiene muchas oportunidades de ganarles. Los Warriors sostienen el mensaje de que son una de las mejores dinastías de la historia y no están dispuestos a parar.

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