Desde su llegada a los Rockets de Houston, James Harden se convirtió en uno de los mejores jugadores y anotadores de la NBA. Sus estadísticas son arrolladoras y cada año añade algo nuevo a su juego. Hace dos años ganó su primer MVP de liga y el año pasado logró un año histórico al promediar 36 puntos por juego, algo que no se lograba desde los años 80.

Este año, Harden tomó las cosas donde las dejó y ya se encuentra como líder en anotaciones de la NBA con promedio de 36.6 puntos por juego, supera los 36.1 del año pasado. Son estadísticas increíbles, tomando en cuenta el esfuerzo físico y mental que requiere anotar a este nivel día a día. Sin embargo, lo espectacular de estas estadísticas se empaña por dos factores: eficiencia y el no poder hacerlo en postemporada.

Baja eficiencia, alto volumen

La llegada de Russell Westbrook a los Rockets mejoran sus probabilidades de título. Sin embargo, podría tener su impacto en los números de Harden. La cantidad de puntos no se ha visto afectada, pues nadie en la liga tiene más “luz verde” para lanzar que Harden. Pero, Westbrook es un jugador que requiere del balón para ser efectivo y eso puede quitarle ritmo a Harden. El zurdo es un jugador que se acostumbró a tener el balón en todo momento, logró el segundo porciento de uso más alto de la historia, la pasada campaña. Lo que significa, que Harden tiene el balón en sus manos más que cualquier otro jugador en la historia de la NBA, excepto Russell Westbrook en 2016-17.

Esta es una estadística extraordinaria, pues muestra que ambos jugadores son los más dependientes del balón en la historia de este deporte y ahora están en el mismo equipo. La cantidad de tiros que toma Harden es ridícula y más cuando tomamos en consideración los lances de la línea de tres puntos.

Al momento, Harden promedia 14 intentos de tres puntos por juego y solamente anota tres, para un miserable 20%. De hecho, NADIE en la historia de la NBA cuenta con más de un partido en el que hayan fallado 14 triples, Harden tiene siete de esos juegos.

Su irresponsabilidad ofensiva coloca en riesgo las aspiraciones de los Rockets. Su dirigente, Mike D’Antoni, es un especialista en ofensiva que predica el jugar con un manejador principal del balón y varios tiradores a su alrededor para brindarle espacio para operar. Fue así con Steve Nash y ahora lo hace con Harden. El reto de este sistema es que pone demasiada responsabilidad en un solo jugador y le quita oportunidades a otros. Lo brillante de Harden para anotar y hacer asistencias lo hacen especial, pero, ¿a qué precio? ¿se puede ganar un Campeonato jugando de esa manera?

Si nos dejamos llevar por la historia, D’Antoni nunca ha ganado un campeonato con su sistema ofensivo, pero estuvo muy cerca de alcanzar la final con los Suns de Steve Nash, perdiendo frente a los Spurs por una famosa trifulca que resultó en la suspensión de varios de sus jugadores principales de cara a un partido decisivo. También, podemos recordar que los Rockets tenían a punto de mate a los Warriors de Kevin Durant y Steph Curry hasta que Chris Paul se lesionó y se perdió los últimos dos juegos de la serie.

Un maestro del tiro libre

Algo que nadie hace mejor que Harden es conseguir faltas personales y llegar a la línea de tiradas libres. Al momento promedia 16 tiros libres por juego, una estadística realmente impresionante. Su efectividad desde la línea de tiradas libres es increíble, lanzando para un 95%. Estas estadísticas respaldan la teoría de que Harden debe atacar más el canasta y lanzar menos triples. Su habilidad para concretar jugadas cerca del canasto y su efectividad al lanzar tiradas libres lo convierten en una amenaza total. Es complicado defenderlo cuando ataca y no cometer faltas personales.

Sin embargo, Harden insiste en tomar demasiados triples, aún cuando no es efectivo. Su juego se basa en su habilidad para anotar el triple, aún siendo defendido, pues esto le crea las oportunidades de atacar el canasta. Pero eso no puede ser una excusa para lanzar el triple irresponsablemente. Todo en el juego se trata de balance y Harden debe recuperar ese balance entre atacar el canasto, lanzar el triple e involucrar a sus compañeros.

Efectivo Russell Westbrook

Una buena noticia es que estamos viendo a un efectivo Russell Westbrook, algo que no vimos en los pasados dos años. Sus estadísticas siempre son extraordinarias, pues su habilidad atlética y su estilo de juego se presta para eso. Pero, no estaba siendo un jugador efectivo, pues sus porcientos de tiro eran mediocre e insistía en tomar los últimos tiros en juegos cerrados, aún cuando no era capaz de conseguir un canasto.

Este año tiene que trabajar junto a James Harden, un jugador que también requiere del balón y le quita responsabilidad a Westbrook. Esto le ayuda, pues no está lanzando en todo momento y solo lo hace cuando tiene oportunidades de ataque, lo que mejora sus porcientos de tiro.

Al momento lanza para un 48% de campo, lo que sería el porciento más alto de su carrera. Tenemos que tener en consideración que Westbrook solamente ha lanzado para un 45% de campo en tres de sus 11 campañas en la liga. Nunca se ha caracterizado por ser un anotador efectivo, pero se acentuó en los pasados años cuando lanzó para porcientos mediocre, en especial de la línea de tres puntos.

Al momento Westbrook mantiene promedios de 23.8 puntos, 11 rebotes y 9.8 asistencias por juego. Esos números son perfectos para Houston, pero Westbrook debe mantener su porciento de tiro sobre el 45%. El triple sigue como problema para este armador, pues apenas está lanzando para un 27%. La controversia no es que tenga un mal porciento de la línea de tres puntos, el problema real es que insista en lanzar triples cuando no es capaz de anotarlo. Su juego se basa en la agresividad y es ahí donde puede crear situaciones para él y sus compañeros.

Un desastre defensivo

Los Rockets son el equipo que más anota, pero también el equipo que más puntos permite. A Houston le anotan 126.6 puntos por juego, algo que debe cambiar si quieren aspirar al título. Harden y Westbroook se han convertido en jugadores divertidos para ver, pero sin opciones reales a competir por títulos. Su estilo de juego es similar, muchas estadísticas y poca eficiencia.

Todos sabemos que en la NBA se gana con defensa, no hay manera de ganar un campeonato como uno de los dos peores equipos defensivos. Por tal razón, no importa cuantos triple-dobles haga Westbrook o cuantos puntos anote Harden, si no se comprometen en defensa, no tendrán oportunidad de competir por un campeonato.

Deben mejorar los Rockets

Los Rockets juegan para marca de 3-2, por debajo de lo que se espera de ellos. Sin embargo, tenemos que entender que están en un proceso de acoplar una pieza tan importante y difícil como Westbrook. Solo por su talento, los Rockets lograrán muchas victorias en la temporada regular. Sin embargo, no es muy confiable en que esto se convierta en éxito en la postemporada. Es muy complicado ganar juegos de postemporada cuando los árbitros no le cantarán tantas faltas a Harden y se tendrán que enfrentan a defensores elites como Paul George y Kawhi Leonard.

Esa es la importancia de la eficiencia, no se trata de lanzar por lanzar. Cuando se enfrenten a jugadores que pueden defender y exponer sus deficiencias, esos porcientos caerán y ellos no son buenos defensores para ocasionar lo mismo en sus adversarios. Por esa razón, los Rockets lucen, otra vez, como un excelente equipo de serie regular, pero un problema para la postemporada.

Los Rockets deben mejorar en defensa. Cuentan con buenos jugadores defensivos, excepto por sus dos estrellas. Clint Capela es bueno protegiendo la pintura y P.J. Tucker es uno de los mejores defensores de la liga. El problema está en que la mentalidad y personalidad de sus estrellas no le presta atención a las responsabilidades defensivas. Todo su esfuerzo está en tener estadísticas impresionantes sin importar nada más. Con esa mentalidad, los Rockets serán un equipo muy divertido, pero sin opciones al campeonato.

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